Dos especies argentinas reciben el nombre de surubí. La
primera de ellas es Pseudoplatystoma coruscans, también identificada
popularmente como surubí manchado o pintado, mangrullo, carapary, etc.
Es un pez siluro de grandes dimensiones, sólo aventajado por
el manguruyú. En oportunidad de una gran mortalidad ocurrida en el río Tarija,
Salta, provocada por vertido de deshechos de ingenios azucareros desde Bolivia,
se observaron ejemplares de 90 Kgs. de peso y mas de dos metros de longitud.
El surubí pintado tiene el de cuerpo moteado, con manchas
que se hacen más largas hacia la parte posterior de los flancos, donde se
convierten en barras. Las dimensiones de esta especie son notables; se
registraron ejemplares de un metro y medio aunque se mencionan casos de hasta
tres; las medidas promedio consignadas en el Paraná Medio por la Dirección de
Recursos Naturales fueron: para los machos, 1,30 metros de largo y 43 kilos de
peso, mientras que en las hembras la longitud es de 1,50 m , con un peso de 50
kilos.
De alimentación basada fundamentalmente en bogas y sábalos,
el surubí permanece durante el día en los cursos mayores y en las profundidades
máxima; por las noches, en cambio, suele adentrarse por los cursos secundarios.
Se lo encuentra en las cuencas de los ríos Paraguay, Paraná
(no se reproduce en el curso medio de éste), Uruguay y de La Plata , y fuera
del país llega hasta los ríos San Francisco y Amazonas.
Se lo pesca con distintos tipos de redes y es la especie de
mayor importancia en las actividades de pesca continental de la Argentina.
La otra especie, también conocida como surubí atigrado,
pirambucú o piracambucú (P. fasciatum) es también de gran tamaño y tiene
aspecto general similar al de su congénere, pero es muy escaso numéricamente
respecto de él. Vive en los cursos medios de los ríos Paraná y Uruguay y por el
resto de Sudamérica llega hasta Venezuela y las Guayanas.
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